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miércoles, 17 de mayo de 2017

SOY UN MAL PADRE

Si! Lo reconozco! Soy un mal padre! Y no... no estoy hablando de cosas sutiles! Lo admito... no me preguntéis porqué, no poseo esa cualidad del resto de progenitores de tener siempre a mano la ropa adecuada... Sé que vosotros si! Estoy harto... bueno... harto no es la palabra... humillado de ver como esos niños felices van al colegio por la mañana con el punto justo de abrigo para el ligero fresquete matutino de la primavera y a los que el frío sólo afecta para pintar unas graciosas y entrañables mejillas sonrosadas!



No!!! Mis hijos a veces ruegan entrar a clase para abrigarse porque no hemos sido lo suficientemente previsores y hemos obviado una prospección del mundo exterior antes de salir de casa. Confieso! En más de una ocasión uno de mis dos peques lloró por tener frío y tener que llegar así hasta el parking... "Hijo/a... pídele cuentas a Star Buterfly, ya que, si tal vez no le hubieses dedicado tanto tiempo no iríamos con el cronómetro activado". Podéis decirlo! No costaba nada llevar una chaqueta finita por si acaso, y si no hacía falta... cargarla con una sonrisa de oreja a oreja hasta llegar al Clase E, dejarles abrirlo, abrochar los cinturones de sus sillitas orientadas en sentido contrario a la marcha... Pues lo siento una vez más! No soporto llevar bártulos colgando si no son realmente asunto de vida o muerte, no tengo un Clase E, y las sillitas de mi automóvil miran hacia el motor!!! Eso si... a veces les dejo abrir el coche...

¿Cómo lo hacéis cuando por la tarde, a la hora de recogerles, hace un calor infernal? Vuestros matinalmente abrigados vástagos salen con la misma sonrisa que al entrar, ataviados con unos preciosos trajecitos de verano, y ni rastro queda de las prendas aislantes! Los míos, que pasaron frío por la mañana, ahora se quejan del calor de la manga larga... Y, oh! Por favor! Los días de lluvia! Todos y cada uno de vosotros habéis aparcado en la misma entrada del colegio, habéis colocado maderas tapando todos y cada uno de los charcos que hay desde la salida de clase hasta vuestro flamante auto y aceptáis agradecidos las voluminosas manualidades que SIEMPRE los maestros les dan a vuestros descendientes los días de lluvia!!! Por favor! Sólo os falta decirle a la profesora si acepta cheques al portador en reconocimiento! Yo me presento habiendo aparcado en el punto justo más cercano al colegio para poder decir que no volvemos a casa andando, que en ocasiones puede ser la salida del parking, con los pies mojados, con una bolsa cargada de chubasqueros y botas de agua en una mano, y paraguas en la otra... En esos momentos maldigo al creador de las artes plásticas y a todo el claustro por decidir SIEMPRE (he dicho ya SIEMPRE?) entregar una maqueta de papel sobre cartulina tamaño DINA1 y 4 cupcakes cuidadosamente decorados en los días de chubascos. Mi mal humor no sólo va para ellos, sino también para Erik y Helia, que me increpan para que les de raudo aislamiento térmico y cobijo impermeable mientras me entregan sus enormes creaciones a la par que les grito "Hijos míos! Lo único que yo tuve de pulpo fue años atrás cuando era novio de vuestra madre!!!". Durante esos esperpénticos minutos, tú, y tú, si, el de al lado, ya estáis montados en el monovolumen, en el maletero del cual lleváis las manualidades entregadas desde párvulos hasta sexto curso perfectamente ordenadas, y arrancáis el motor eléctrico mientras que todo el pasaje entonáis una canción de la familia Trapp! Donde dije que había aparcado yo mi coche???

Pero ese no es el caso que nos ocupa hoy... Es sólo un preludio de los nefasto de mi persona como patriarca... Es un tema mucho más sangrante. Ya hace algunos meses que me sorprendí diciendo una de esas cosas que cuando te conviertes en padre, juras y perjuras que jamás saldrá por tu boca "Hijo, si te pegan, tú pega". Bueno... esa es la versión bonita... cuando rompí mi juramento le di a mi pequeño incluso una pequeña clase de artes marciales. Joder! Ya os dije que soy un mal padre! Antes de que me juzguéis y condenéis, dejadme poneros en antecedentes.

Lo hago de forma muy rápida, no porque me avergüence de ello (sólo faltaría), sino porque me duele al recordarlo. A mi hijo mayor le estuvieron pegando en el colegio. No fue un tema puntual. Ponedle el calificativo que queráis, pero durante el pasado curso ya nos estuvo informando de que X, XX, XXX, y a veces XXXX y XXXXX se entretenían zumbándole. Claro, ahí no quedaba todo, porque también se burlaban de él todo lo que podían. Erik es muy, muy sensible, y nosotros culpamos esa manera de ser a lo que nos explicaba. Lo que pensábamos era que exageraba, que los insultos serían pequeñas burlas, y que los golpes serían inofensivos empujones... o en el peor de los casos, ya se sabe... "son cosas de niños". Este curso la cosa arrancó de la misma manera, y sus descripciones eran cada vez más detalladas, al igual que los moratones que iba trayendo. Ya habíamos indagado en el tema el pasado curso, y se nos dijo que no había ningún problema... Lo que me acabó dando de bruces fue el escuchar a mi pequeño como me contaba, como un gran logro, su táctica para escapar de las patadas en los........ que X, XX, y XXX disfrutaban dándole a diario, sobretodo desde que él, todo inocente, les explicó que tenía un pequeño problema en esa parte de su cuerpo... ¿Son cosas de niños? No era el hecho de los golpes lo que me hizo sentir un escalofrío, sino el escucharle explicar incluso contento como sabía que si ponía la cara recibía ahí el golpe y no en otra zona... o como escapaba hacia tal o cual lugar del patio porque sabía que ahí quedaba algo más resguardado, y lo hacía hasta contento, pensando tal vez en lo orgullosos que íbamos a estar al ver que él, efectivamente, no iba a pegar nunca tal y como le pedíamos, y que hasta había ideado técnicas de reducción de daños... Aun recuerdo con vergüenza como, cuando, remitiéndome al párrafo anterior, le expliqué como defenderse y de paso, hacerles el mayor daño posible (todo como un energúmeno), él me escuchó atentamente y al acabar mi despropósito me dijo "Papa, es que eso no está bien...".

Tuvimos mucha suerte. Primero, en que mi mujer tenga la sangre mucho más fría que yo y hablase inmediatamente con las madres de X, XX, y XXX (yo digamos que no hubiese hablado tal y como está descrito en la RAE), y después, de que la nueva maestra de mi hijo no sólo nos escuchase, sino que pusiese de verdad toda la carne en el asador. Otra gran fortuna... las familias de X y de XX se comportaron como grandes padres, no como yo, y pusieron a la situación un freno que ni el de un Bugatti Veyron. El entorno de XXX también detuvo los actos, pero dejando claro en todo momento que su hijo era una clara víctima influenciada por el resto de elementos de la clase, pues ellos aplicaban tal y cual método educativo en su casa, y que ponían la mano en el fuego por sus retoños... No haré el chiste fácil de decir que allí olía a carne chamuscada...

Hasta aquí los antecedentes. No hace falta que os explique el estado anímico que arrastramos durante un tiempo. Yo personalmente me sentí como que había fallado a mi hijo, que no actué ante sus primeras quejas, meses atrás, y me daban ganas de llorar al pensar en qué pasaría por su cabecita al minimizar yo sus versiones... El caso es que, como os dije, la situación se detuvo en seco, y Erik volvió a ser un niño que iba feliz al colegio.

Como ya expliqué en varias entradas, este año él quiso añadirse a la lista de atletas de la familia. Era una prueba de fuego, ya que con su carácter tímido no le iba a ser fácil ir a un entorno nuevo, con niños que no conocía de nada, que se conocían entre si, y que no eran ni de la misma población. Pero como también he dicho en más de una ocasión, tiene una fuerza de voluntad y una inteligencia que supera en mucho a su tamaño, y, no sin esfuerzo, se integró en el grupo de pequeños deportistas. Fue en ese grupo cuando ayer mismo volví a hacer de mal padre...

... Desde lo expuesto en la anterior entrada, estoy intentando recuperar algo de actividad física para poder volver a una cierta normalidad deportiva, así que ya no permanezco de espectador durante todo el entreno de los pre benjamines de mi club, sino que empiezo a mover lastimosamente el esqueleto por los parques de Barberà del Vallès. Al regresar ayer, 10 minutos antes de que acabasen su actividad de los martes, vi como él y su grupo hacían cola para saltar longitud. Pero mis ojos no estaban en la arena, sino en 2 niños, uno de bastante más tamaño que el resto, que estaban burlándose de mi hijo, y soltándole, de vez en cuando, algún que otro golpe. Los fantasmas del pasado vinieron a verme y ya había vociferado un ERIK!!! para que me viese allí presente cuando vi que, sin escucharme... Se defendió!!! Bueno... no sólo se defendió, sino que, seamos eufemísticos, les disuadió a ambos. Cuando vino conmigo le pregunté sobre como había ido la tarde a lo que respondió que bien. Le conté que había visto como un par de niños le molestaban (así se lo dije)... le cambió un poco la cara y me sorprendió diciéndome, mientras ponía un poco rostro de enfado "si, pero les he dado en los huevos". Ya lo había visto, pero el escuchárselo decir me sorprendió! No lo dijo orgulloso, pero tampoco flagelándose! No solo eso me causó sorpresa, sino el pequeño taco que soltó, cosa que nunca hace. Acto seguido, actué como un padre horripilante, y le dije que lo que iba a pasar no iba a servir de precedente: Le choqué la mano y le dije que bien hecho. Le hice un par de bromas al respecto, intenté liberar mi conciencia y volver a aconsejar el usar el diálogo, el apoyo de las monitoras, y no la violencia, pero se me quedó dibujada una mueca sonriente en mi cara de mal padre.

Si, fui un padre funesto... Debí haber ido allí abajo, donde estaban los responsables de los 2 compañeros que decidieron burlarse de él ayer, y hablar con ellos. Seguramente les cogería de sorpresa, pues, como buenos padres que deben ser, no sabían nada del tema, entre otras cosas, porque miraban hacia otro lado (siempre se da esa casualidad). Como padre desastroso que soy, preferí felicitar a mi hijo por ponerse en su lugar, en lugar de unirme al club de otros buenos padres, mirar hacia otro lado, y pensar en que "son cosas de niños". Y antes de reprocharme lo mal que obré, deciros que no hace falta, que ya lo sé, y recordaros que mi hijo es mucho más inteligente que yo, que algunos de vosotros y que él sigue sabiendo lo que está bien y lo que está mal... seas quien seas, y mires a donde mires.

10 comentarios:

  1. Evidentemente, Hermano, no estoy de acuerdo contigo: NO eres un mal padre, eres un padre genial que, además, está inculcándole grandes valores a sus hijos. Al menos por lo que cuentas y por lo que he llegado a conocerte. Y todo el que no sea padre (o madre) no sabe, de verdad que no lo sabe, lo que es ver sufrir o que lo pase mal un hijo tuyo. Yo no creo en la violencia como manera de solucionar las cosas, como tú, pero si veo que a mi hija la intentan acosar le digo que se defienda con las armas que tenga a su alcance, preferiblemente dialécticas antes que físicas, pero ante ciertos ataques... No por nada su nombre significa Guerrera Sabia: lo escogimos entre otras cosas precisamente por su significado. Y tanto su madre como yo, queremos que entré en clases de algún arte marcial, pero no para que ataque si no para que se sienta más segura con esos conocimientos de defensa personal... Bueno, leyendo esto, vale, quizá seas mal padre... y yo también jajjaja!!!
    Por cierto, en cuanto a lo de aparcar y demás, no me quiero imaginar como será allí, nosotros tenemos la suerte de poder ir andando al cole aunque llueva: tardamos menos de 10 minutos desde casa, es una de las ventajas del pueblo, frente los numerosos inconvenientes que también tiene.
    Un abrazo!!! Wassail!!!

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  2. Alex!!! Ojalá tuviese la asertividad suficiente para tratar estos temas con más calma y no con la explosividad no anunciada que a veces me caracteriza... Lo que si que no quiero es hacer como, por desgracia, veo que sucede mucho a mi alrededor: El mirar hacia otro lado cuando alguien o los suyos no son los damnificados... por no decir cuando son los que agreden... Mis convicciones en ese sentido incluso me llevaron a recibir una soberana paliza años ah! jajaja! Mira... ya se me está ocurriendo tema para otra entrada con esa anécdota sangrante! Sobre lo de aparcar, al no vivir en Barcelona Capital, tengo relativa suerte... salvo los días de lluvia y de entrega de manualidades! Un abrazo! Wassail!!!

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  3. Hay una escena en "Shakespeare un love" que me encanta. La Reina Isabel sale del carruaje y hay un charco. Los lacayos a su alrededor se miran confusos y se quitan las capas para tirarlas al suelo y tapar los charcos, pero para entonces, ella ya ha atravesado el agua y se ha mojado la ropa cagándose en todo. Me ha recordado a lo que comentas de los "buenos padres" aparcando delante del cole y tapando charcos.
    Yo me cago en los días de lluvia dónde me voy pegando con el puto paraguas transparente de Hello Kittie que no tapa una mierda.

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    1. Tamara, un honor tenerte por aquí! Recuerdo la escena! En mi caso no hay elemento de la realeza alguno implicado, al menos, que resulte mojado! Lo de los paraguas infantiles son un arma cargada!!! Acabas haciendo todo el camino rectificando su posición para tapar al pobre niño, que bastante tiene con salir de casa lloviendo! En mi caso, ambos, Erik y Helia ya lo van dominando! Eso si... volver con el paraguas propio y los de ellos a casa no te lo quita nadie! Intenta dejarlo en el aula, y serás amenazado con recibir una expulsión perpetua del centro escolar!

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  4. Te digo una cosa... Leyéndote, yo también me doy cuenta de que soy mala madre pq parece que me vea a mí... Sobretodo en lo temperamental.

    Va, fuera coñas, eres el león que defiende a su manada, y eso está genial... Y la cuida y cría de forma natural, no de forma "pin terest".

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  5. Muchas gracias, Verónica! A veces creo que lo que veo con tanto padre perfecto son visiones fruto de mis miedos al no ser el padre que mis hijos merecen. Cuando digo que son mucho mejores que yo, no es broma... pero también es verdad que me hacen superarme día a día!

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  6. Primero, me he partido de risa con la frase "Lo que yo tuve de pulpo fue años atrás cuando era novio de vuestra madre" Muy bueno.
    Y ahora a lo serio, no sé por qué me da a mí que esos padres perfectos que mencionas en realidad son pura fachada.
    Tu mujer, una campeona porque fue al grano con un tema tan serio y tú también porque estuviste ahí para apoyar a tu hijo sin mirar para otro lado. Así tenéis un hijo tan maravilloso que cuando se sintió fuerte se defendió.
    Por último, todavía no he conseguido que llegue a casa una manualidad sana y salva jajaja

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    1. Muchas gracias!!! Mmmm... esa frase salió espontánea! jajaja! Lo de tomar cartas en un asunto así es algo de lo que no se habla... me refiero a como te sientes! Por un lado llevas un montón de rabia contenida y tienes ganas de destruir a diestro y siniestro... por otro, temes a una negación, o peor, a que los progenitores de "la otra parte" se pongan bravos y que la cosa salga de madre... y por último, sabes que seguramente vas a dañar a gente al explicarles como proceden sus hijos. No debería pensar en eso cuando pienso en como lo pasó Erik, pero así és...

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  7. Yo hubiese hecho lo mismo! Así q de mal padre nada! O... ¿seré yo mala madre?
    Si vieras como llevo a mi pequeña dictadora ala guarde... jajajaja
    Ya escribí sobre eso y es q existen niños CABRONES, y no, eso no son cosas de niños, si no de malos padres, esos sí que son malos padres! Me alegro q Erik le diese una patada en los huevos, para q aprendan!! 😉

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    1. Mil gracias, Cristina! Casualmente hoy estaban los mismos niños haciendo la misma disciplina (salto de longitud)... hoy no he visto que le molesten! Que triste aprender a palos, por un lado y por otro...

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